En ésta época del año cuando el calor agobiante hace que el uso de la pileta sea mayor por lo tanto es necesario maximizar el cuidado de la pileta en tres aspectos: físico, químico y humano. El físico está relacionado con la calidad del agua, químico se refiere a los productos que se colocan en el agua como el cloro, salinización, ionización y decantadores y el humano es el tiempo que se le dedica.
Es necesario realizar un excelente mantenimiento de piletas para evitar la presencia de bacterias, algas y que se convierta en una fuente de contagio de enfermedades. Hay que pasar el limpia fondo, aplicar productos de calidad y realizar un control permanente de la misma.
¿Cómo empezamos?
– Ajuste del pH. El primer paso para conseguir un agua limpia y respetuosa con la piel consiste en regular el pH. El valor correcto debe situarse entre el 7,2 y el 7,6 para garantizar que el resto de medidas aplicadas funcionen de forma efectiva. Tabletas de cloro, electrólisis salina y oxígeno activo son los productos ideales.
Luego de aplicar los productos químicos, es importante realizar un filtrado durante pocas horas, cepillar las paredes y el suelo de la pileta, y esperar 12-24 horas a que todas las impurezas precipiten. Después, con el limpiafondos hay que llevar todo el precipitado directamente al desagüe sin que pase por el filtro.
– Prevención de algas. Las algas son un elemento de cultivo ideal para hongos y bacterias. Para evitar su proliferación es recomendable aplicar un alguicida de forma regular. Esto debe estar acompañado por desinfectantes, como cloro o bromo, para conseguir un efecto sinérgico y aumentar la eficacia del alguicida.
– Agua cristalina. En una piscina pueden aparecer turbiedades que se manifiestan, en muchos casos, por la presencia de partículas diminutas. La adición de un floculante hace las partículas más grandes, de manera que el filtro las pueda retener, y así clarifica el agua, eliminando también los iones metálicos oxidados que el filtro por sí solo no es capaz de retener.
– Cuidado del filtro. Un buen cuidado del filtro permitirá que el tratamiento químico sea más eficaz. Con un filtro sucio, la calidad del agua empeora y aumenta el consumo de productos químicos. Además, se multiplican los gérmenes que luego se extienden por el agua. Para mantenerlo se recomienda realizar contralavados y limpiar y desinfectar la arena una vez al año, antes del inicio de la temporada de baño.
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